El desorden genético se llama pseudohermafroditismo. Cerca de los 12 años, cuando ingresan en su pubertad, a muchas niñas del pueblo de Salinas, en el sur de la República Dominicana, les empieza a crecer un pene.
No son casos aislados. Se estima que una de cada 90 niñas de Salinas atraviesan por ese proceso de descubrir a esa edad que en realidad son hombres.
En el pequeño poblado los conocen como los «güevedoce».