Las pacientes reciben máscaras para ocultar su rostro, de forma que los doctores -que también visten máscaras- no pueden reconocerlas durante la prueba del Papanicolau o citología vaginal y así se sienten más cómodas.
Las pacientes reciben máscaras para ocultar su rostro, de forma que los doctores -que también visten máscaras- no pueden reconocerlas durante la prueba del Papanicolau o citología vaginal y así se sienten más cómodas.